sábado, 26 de enero de 2013

Verdades sobre el Parkinson


  • No hay cura: Aún no se ha encontrado un tratamiento médico o quirúrgico que ponga fin a esta enfermedad.
  • No se conocen, con exactitud, los factores etiológicos y desencadenantes de esta enfermedad: Sin embargo, recientes estudios apuntan que determinados virus, disolventes y pesticidas pueden inducir la aparición de la enfermedad.
  • Una dieta adecuada puede mejorar el estado del paciente: Se ha observado que puede ser especialmente satisfactorio en estos pacientes el establecimiento de una dieta acorde con sus necesidades. Así, una dieta de redistribución proteica acumulando la mayor parte de las proteínas en la cena, o la ingesta de mucho líquido, puede mejorar la sintomatología del paciente.
  • La depresión es frecuente en estos pacientes: La depresión es el trastorno mental que aparece más frecuentemente asociado a la enfermedad de Parkinson. Se calcula que entre un 30-50% de los pacientes con EP pueden padecer alguna forma de depresión durante el curso de su enfermedad.
  • Algunos pacientes bailan mejor que andan: Muchos pacientes mejoran su capacidad motriz al escuchar músicas rítmicas.
  • En pocos minutos, un paciente puede pasar de un estado de acinesia a poder realizar todo tipo de movimientos: Las fluctuaciones motoras bruscas son frecuentes, y se agudizan con el consumo de ciertos medicamentos.
  • La falta de cumplimiento del tratamiento farmacológico es la principal causa de fracaso terapéutico: Como en todas las enfermedades, el fármaco más ineficaz es el que no se toma. La cronicidad de esta enfermedad hace que los pacientes tengan que cumplir con el tratamiento durante años, lo que dificulta la adherencia. También la frecuente aparición de efectos secundarios asociados a algunos fármacos es una causa fundamental de abandono de la terapia.
  • El tratamiento clásico se asocia con efectos adversos que, a veces, son más incapacitantes que la propia enfermedad: Se estima que un 50-65% de los pacientes con Parkinson experimentan una pérdida progresiva del beneficio derivado de la levodopa al cabo de unos 5 años de tratamiento. Inicialmente, este fenómeno adopta la forma de deterioro de la respuesta de final de dosis, caracterizado por el acortamiento de la duración de acción del fármaco y por la aparición precoz de los síntomas parkinsonianos. Esta complicación progresa en el transcurso del tiempo y culmina en fluctuaciones súbitas, impredecibles. Estas fluctuaciones en la respuesta motora se hacen cada vez más frecuentes y difíciles de tratar debido a su inicio rápido e imprevisible. Los pacientes, especialmente aquellos con inicio temprano de la enfermedad, pueden experimentar un síndrome de levodopa crónico, que cursa con discinesias inducidas por levodopa.

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