La Enfermedad de Alzheimer se caracteriza en su forma típica por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian.
El deterioro cognitivo que se va produciendo interfiere con la capacidad del paciente para soportar los tratamientos odontológicos, debido a que cualquier exploración puede ser interpretada como una agresión y generarle al paciente irritabilidad y temor. Por tanto la atención odontológica se complica por la dificultad en la comunicación y en la falta de cooperación.
Si nos detenemos a mirar un poco las etapas del Alzheimer, podemos extraer las siguientes características desde el punto de vista odontológico de acuerdo a cada fase:
- Fase Inicial: dura entre 0 y 4 años. La planificación del tratamiento y la preservación de las condiciones clínicas deben anticipar los problemas futuros de salud oral en estos pacientes. Es importante destacar que la formación de los cuidadores y miembros de la familia son más aceptados en esta fase, por lo que la inversión en tratamiento y mantenimiento de la salud oral es de suma importancia. Con el tiempo, aumenta la dificultad de la limpieza y la aceptación del paciente para realizar procedimientos clínicos.
- Fase Intermedia: dura entre 2 y 8 años. Comienza en el paciente una fase de semi dependencia de las actividades de la vida diaria. Esto le crea la necesidad de ayuda en la aplicación de la higiene oral, condición esencial para el mantenimiento de condiciones favorables para una buena salud. También se inicia el establecimiento de la falta de cooperación del paciente a aceptar intervenciones dentales.
- Fase Final: dura entre 6 y 10 años. El odontólogo entra a ser parte de un ciclo de atención integral de la salud del paciente, al igual que otras áreas de la salud. Los requisitos mínimos para la salud oral deben ser una prioridad. Las personas mayores dependientes en el hogar, residencias asistidas, hospitales y en cuidados intensivos, merecen una atención especial y permanente. El odontólogo debe incluirse en la preparación del plan de tratamiento y mantenimiento del estado de salud oral de estos pacientes.
Es importante señalar que a medida que avanza la enfermedad, la condición bucal del paciente empeora progresivamente, sobre todo lo referente a la higiene bucal. Por lo tanto, si se atiende a un paciente en las primeras etapas de la enfermedad hay que anticiparse a ese deterioro con medidas urgentes de prevención, a través de citas frecuentes para evaluación bucodental, detartrajes y/o profilaxis.
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